[abrouxados] Re: neolengua

carlos suarez carlossuarez1966 en gmail.com
Lun Mayo 23 10:07:23 CEST 2011


*“En general, es cierto que todo sistema que pretende imponer un
totalitarismo de pensamiento único sobre el global de la ciudadanía, y el
capitalismo lo es, no tolera el pensamiento heterodoxo, no al menos cuando
dicho pensamiento puede de alguna manera tener la capacidad de llegar a
amplias capas de la sociedad, y poner en peligro el funcionamiento mismo del
sistema. El "Pienso, luego estorbo", es una frase que puede ser
perfectamente válida para la sociedad consumista-capitalista actual, pero lo
es también para otros muchos tipos de sociedades, desde las tradicionales
sociedades teológicas, a las sociedades impuestas por los fascismos del
siglo XX, e incluso para muchas pequeñas sociedades tribales donde el global
de la población se mueve al son que marca una misma y uniforme estructura
cultural, aunque, obviamente, las diferencias en cuanto a fines de estas
últimas estructuras con las anteriores sean más que evidentes a poco que se
tenga un mínimo conocimiento en Antropología social y cultural.”*


Bueno este Hurtado si poseyera un mínimo de conocimiento en Antropología
social y cultural sabría que no se puede meter en un mismo saco a las
pequeñas sociedades tribales (en muchas de las cuales no existe el concepto
de propiedad privada, ni pensamiento único y mucho menos consumismo), . . .
.  También se hace el tonto pues nombra a la sociedad consumista-capitalista
actual, a las tradicionales sociedades teológicas, a las sociedades
impuestas por los fascismos del siglo XX, pero no dice nada de regímenes
feudales como el chino, el cubano o el coreano. . . . . esos sistemas
políticos amigos de kaosenlared no* “imponer un totalitarismo de pensamiento
único”.*


- - - - -


Con muchos puntos del resto del texto estoy bastante de acuerdo. . . .  esto
por ejemplo:

*
*
* *

*“Están cabreados porque quisieran tener todo eso con lo que siempre han
soñado: dinero, éxito, un coche lujoso, un piso en propiedad, etc, etc., y
no pueden tenerlo; no les dejan tenerlo; pese a que hay otros que sí lo
tiene, lo siguen teniendo.”*
Basta saber si los periodistas de kaosenlared o rebelión están dispuestos a
sacrificar eso que otros desean y por lo que están tan “cabreados”, y así
conformar una sociedad realmente comunista, sin jerarquías ni privilegios de
ningún tipo. ¿O en realidad les encanta y fascina que los alojen en hoteles
de cinco estrellas y comer en restaurantes caros cuando traen sus
conferencias anticapitalista a ciudades como Pontevedra o Vigo.?. . . .
Porque claro, entre auténticos antisistemas esto no es consumismo es un
derecho humano. En fin. . . .  <http://carlossuarez1966.wordpress.com/>

carlossuarez1966.wordpress.com

<http://www.escoitar.org/> <http://www.mediateletipos.net/>



El 23 de mayo de 2011 02:06, Durán Vázquez Durán Vázquez <
nomenekpos en gmail.com> escribió:

>
> http://www.kaosenlared.net/noticia/sobre-movimiento-indignados-pienso-luego-estorbo-vs-consumo-luego-exis
>
>
> *Sobre el movimiento de los "Indignados": Pienso luego estorbo vs consumo
> luego existo* Reflexión sobre las causas socioeconómicas, la causas
> sociológicas y la naturaleza ideológica del movimiento de los "Indignados".
> ¿Antisistema o no antisistema?  *Pedro Antonio Honrubia Hurtado*<http://www.kaosenlared.net/colaboradores/pedroantoniohonrubiahurtado>| Para Kaos en la Red | 21-5-2011 a las 21:19 | 1564 lecturas | 25
> comentarios
>
> *Pienso, luego estorbo. Consumo, luego existo*
>
> "Pienso, luego estorbo", se podía leer ayer en una de las pancartas que
> adornaban la Plaza del Carmen de Granada, lugar de la capital nazarí donde
> durante todos estos días se viene relizando la acampada y la Asamblea del
> movimiento de los "indignados" en la ciudad. Era una forma de transmutar a
> la causa reivindicativa la famosa máxima del Filósofo francés René Descartes
> hace ya casi cuatrocientos años: "Pienso, luego existo".
>
> En general, es cierto que todo sistema que pretende imponer un
> totalitarismo de pensamiento único sobre el global de la ciudadanía, y el
> capitalismo lo es, no tolera el pensamiento heterodoxo, no al menos cuando
> dicho pensamiento puede de alguna manera tener la capacidad de llegar a
> amplias capas de la sociedad, y poner en peligro el funcionamiento mismo del
> sistema. El "Pienso, luego estorbo", es una frase que puede ser
> perfectamente válida para la sociedad consumista-capitalista actual, pero lo
> es también para otros muchos tipos de sociedades, desde las tradicionales
> sociedades teológicas, a las sociedades impuestas por los fascismos del
> siglo XX, e incluso para muchas pequeñas sociedades tribales donde el global
> de la población se mueve al son que marca una misma y uniforme estructura
> cultural, aunque, obviamente, las diferencias en cuanto a fines de estas
> últimas estructuras con las anteriores sean más que evidentes a poco que se
> tenga un mínimo conocimiento en Antropología social y cultural.
>
> Sin embargo, por ello mismo, tal frase no sirve para determinar una crítica
> específica al sistema consumista-capitalista actual, en el que cual viven
> miles de millones de personas en todo el mundo, y, específicamente, es el
> sistema hegemónico y dominante en eso que llaman eufemísticamente el mundo
> desarrollado. Más, por no salirnos de la famosa máxima cartesiana, bien
> estaría completar la frase-protesta, dando sentido a la otra parte de la
> reflexión solipsista propuesta por Descartes: "Pienso, luego estorbo.
> Consumo, luego existo", diría yo.
>
> Ahora sí, con esta otra frase, tenemos definido perfectamente el espíritu
> totalitario que rige nuestra actual sociedad consumista-capitalista. El
> capitalismo quiere gente que piense poco y que compre mucho. Quiere
> convertir, ha convertido, de hecho, a las personas en meros sujetos
> consumistas, sujetos-mercancía cuyo valor social se mide por su capacidad de
> consumo, que, por supuesto, previamente deben poner su fuerza de trabajo al
> servicio de las estructuras productivas en manos de la burguesía, del estado
> burgués, y, en general, de los intereses de las clases explotadoras que
> controlan con mano de hierro los designios de la economía globalizada, del
> sistema-mundo capitalista. O, por convertirlo en un eslogan de estos que se
> están escuchando estos días por las Plazas del estado español, el
> capitalismo te dice: ¡Menos pensar, y más comprar!. Esa es su máxima, la
> máxima por excelencia de la sociedad consumista-capitalista.
>
> *No pienso, luego no estorbo. No consumo, luego no existo*
>
> Apliquemos ahora una negación a la máxima mencionada: "No pienso, luego no
> estorbo. No consumo, luego no existo". No es negación casual. Si partimos de
> la base de que la inmensa mayoría de la población vive, ha vivido mucho
> tiempo, y seguirá probablemente viviendo otro mucho más, sin cuestionarse el
> funcionamiento real del sistema capitalista, sin pensar si es un sistema
> justo o injusto, sin preocuparse si la riqueza de unos se construye sobre la
> pobreza de otros, sin querer ver que la miseria y el subdesarrollo de los
> pueblos del tercer mundo es una consecuencia directa del desarollo de los
> países del primer mundo fundamentado en buena parte sobre la explotación de
> los recursos naturales y humanos de estos primeros, podemos afirmar que es
> un hecho que la inmensa mayoría de la población vive, ha vivido, y vivirá
> "sin pensar", luego no estorba. Y como no estorba, no siente las cadenas.
>
> La inmesa mayoría de la población simplemente se deja llevar por la
> corriente cultural inserta en la sociedad que impone los valores propios de
> la sociedad de consumo como valores de pensamiento único, hegemónico y
> dominante, haciendo suyas las metas sociales que se le imponen desde esta, y
> determinando el sentido de sus vidas según los códigos culturales que emanan
> directamente de la ideología consumista-capitalista dominante. Los proyectos
> de vida de millones de personas en los países desarrollados, se han
> construído, y se construyen, sobre la base de la exigencias propias que la
> sociedad de consumo impone en la mentalidad de los individuos que la
> conforman, especialmente, y de manera clara, sobre los miembros de las
> clases trabajadoras, a los cuales se los consigue alienar con los
> fundamentos sociales del sistema haciéndoles creer que los intereses de la
> sociedad de consumo, son equitativos a sus propios intereses como
> ciudadanos, a sus propios intereses como sujetos que han sido arrojados a la
> existencia, y que necesitan de un proyecto vital, una expectivas, unas metas
> y unos códigos culturales valorativos que les srivan de guía para dar valor
> a sus propias vidas, desde sus propios juicios de sentido.
>
> Esta situación es especialmente significativa en las actuales generaciones
> de la juventud del estado español, primeras generaciones, las nacidas
> después de la muerte de Franco principalmente, educadas plenamente en los
> valores de la sociedad consumo, a las que se les ha martilleado
> incesantemente con todos y cada uno de los códigos culturales impuestos por
> dicha sociedad, sustentados sobre dos principios fundamentales: el amor al
> dinero y el sagrado respeto a la propiedad privada, las dos deidades por
> excelencia de la sociedad de consumo, de las que emanan todos los demás
> valores y mitos impuestos como verdades absolutas en la mentalidad de los
> ciudadanos y ciudadanas.
>
> Dentro de esos códigos de valores, por supuesto, se incluye el mencionado
> "Consumo, luego existo". Tengo la impresión de que esta repentina explosión
> de indignación generalizada, especialmente de esas generaciones nacidas
> después de la muerte de Franco y que algunos estaban llamando ya la
> generación perdida, o la generación ni-ni, tiene mucho que ver con la
> negación de la máxima capitalista que sirve de referencia para las
> reflexiones de este artículo. Posiblemente, tal explosión tenga mucho que
> ver con el paso dado desde planteamientos generalizados de "No pienso, luego
> no estorbo", a una situación devenida en "No consumo, luego no existo".
>
> Después de toda una vida dejándose arrastrar por los valores propios de la
> sociedad de consumo, habiendo hechos suyos tales valores como principios de
> vida, de haber pensado que el éxito social es aquel que viene definido por
> las estructuras propias del sistema, de no haber cuestionado en ningún
> momento si dicho sistema es justo o injusto, no de haberse parado a pensar
> si realmente había algún tipo de alternativa al sistema de valores sociales
> dominante, de haber creído, consciente o inconscientemente, que simplemente
> había que dejarse arrastrar por la corriente mayoritaria para alcanzar eso
> que se conoce como una vida "digna", de no cuestionar el papel del dinero en
> la sociedad (es más, habiendo hecho del dinero el motor central de sus
> expectativas de vida y el guión estrella de las películas de sus sueños), y
> de no haberse planteado en ningún momento el rol determinante que juega la
> posesión de la propiedad privada de los medios de producción en la
> estructura productiva (y la consecuente explotación y control del poder
> político que de ella se deriva), de repente una generación entera se ha
> visto abocada a una situación en la que nada tiene, en la que todos esos
> sueños construídos sobre el valor del dinero y sobre los códigos culturales
> propios del capitalismo, se ha acabado por convertir en una pesadilla, su
> propia pesadilla consumista-capitalista: "No consumo, luego no existo".
>
> *Tanto tienes, tanto vales: si nada tienes, nada vales*
>
> No pensaron, luego no estorbaban. Pero por no pensar, no pensaron si quiera
> que dejarse arrastrar por los valores de la sociedad de consumo, por el
> "Consumo, luego existo", por el "tanto tienes, tanto vales", era una
> peligrosa arma de doble filo: si no tienes para consumir, dejas de existir;
> si nada tienes, nada vales.
>
> Ahora, cuando de repente han empezado a descubir, abocados por las
> circunstancias socioeconómicas, que para la sociedad de consumo nada tienen
> los que nada poseén, que ellos, en realidad, nunca tuvieron nada, y que
> ahora además tienen menos que nada: no tienen si quiera un futuro de
> oportunidades al que agarrarse, que, en definitiva, "nada tienen, nada
> valen", que han dejado de existir según sus propios códigos de valores
> previamente interiorizados desde las estructuras ideológicas y culturales de
> la sociedad de consumo, se han cabreado, y con razón: Se han indignado.
>
> Es una indignación personal, fruto principalmente de la frustración que
> genera sentir, darse cuenta, que todo aquello que te habían hecho creer, que
> todos esos códigos de valores que te han hecho aprender como auténticas
> verdades absolutas, como auténticos valores sagrados, no son más que un
> engaño, una patraña, una fantasía, una estrategia para que te sometas a unos
> intereses que no son los tuyos, para que te dejes arrastrar por una sociedad
> donde para que unos pocos ganen muchos, otros muchos tienen que perderlo
> todo. La naturaleza del capitalismo, escondida tras una realidad de
> ensoñaciones egoistas y consumistas fruto de la alienación, nada más.
>
> Es una indignación, por tanto, que nace de creer, de haber estado toda la
> vida creyendo, que uno "vale por lo que tiene" (el triunfo del tener frente
> al ser, decía Fromm), y que, en consecuencia, al no tener nada,
> irremediablemente te lleva a acabar creyendo, aunque solo sea
> incoscientemente, que no vales nada: frustración, desencanto, malestar
> interno. Nada tengo, nada valgo. No consumo, luego no existo.
>
> En esas estamos: nada tenemos, nada valemos. O eso pensamos. ¡Indigados!
>
> *¿Egoismo o lucha por la justicia social?*
>
> Tal vez esto sirva para explicar porqué los mismos que se negaron a salir a
> protestar contra los recortes sociales en la Huelga general del 29 de
> Septiembre, que poco menos querían fusilar a los controladores aéreos por
> atreverse a hacer una huelga legítima mientras pocos días antes no se habían
> indignado en absoluto cuando el gobierno anunció el fin de la prestación a
> los parados de larga duración, que hasta prácticamente ayer preferían
> charlar sobre fútbol con sus colegas que leer un artículo sobre los orígenes
> de la crisis en cualquier web de internet, que pasaban por el lado de una
> manifestación de la izquierda alternativa y poco menos que la veían como una
> atracción de feria, que nunca jamás pensaron que era necesario un cambio
> social para acabar con las insjusticias del sistema capitalista, ahora hayan
> salido en masa a las calles, junto a esa izquierda combativa y
> reivindicativa que ha estado ahí, en la calle, desde hace mucho, a pedir
> poco menos que una reforma integral de los principios fundamentales que
> sustentan el estado burgués desde las instituciones: el poder financiero y
> el poder político arrojado en manos de los testaferros de este primero.
>
> Y tal vez, esto explica también, porque se niegan muchos/as a que los
> llamen antisistema: sencillamente porque no son antisistema.
>
> No lo son: están cabreados, indignados, porque el sistema los excluye, no
> porque el sistema excluya, sin más. Si los excluídos fuesen otros, como lo
> han sido siempre...
>
> Están cabreados porque el sistema los ha engañado a ellos (mi, yo,
> conmigo), no porque el sistema sea injusto, fuese injusto aún cuando ellos
> preferían dejarse llevar por la corriente, y aún cuando ellos no formase
> parte de los excluídos del sistema, si es que alguna vez no lo han formado.
> "No son antisistema, el sistema es anti ellos", dicen. Y llevan razón,
> insisto.
>
> Están cabreados porque sus sueños, determinados y condicionados por los
> valores del sistema, no se cumplen, a una misma vez que ven que hay otros
> que siguen viviendo a todo tren dentro de esos valores del sistema con los
> que ellos siempre han estado, y siguen estando, de acuerdo; aunque ahora se
> quejen.
>
> Están cabreados porque ahora el sistema que abrazaron como fuente única de
> sus proyectos vitales, del sentido de sus vidas, en base a esos mismos
> proyectos vitales, los ha dejado fuera de juego. Off side. Fallo se sistema
> (interno).
>
> Están cabreados porque quisieran tener todo eso con lo que siempre han
> soñado: dinero, éxito, un coche lujoso, un piso en propiedad, etc, etc., y
> no pueden tenerlo; no les dejan tenerlo; pese a que hay otros que sí lo
> tiene, lo siguen teniendo.
>
> No están cabreados porque el sistema sea intrínsecamente injusto, no están
> cabreados porque haya explotación a gran escala, o porque a los pueblos del
> tercer mundo se les siga robando día a día sus riquezas, no están cabreados
> porque el modelo productivo esté llevando al Planeta a su exterminio, ni
> están cabreados, en definitiva, porque el fundamento mismo del sistema sea
> la desigualdad económica y la injusticia social, sino, simplemente, porque
> ahora, en medio de esta crisis económica gigantesca, de esta envestida
> brutal de las clases explotadoras sobre los intereses y derechos de las
> clases trabajadoras, ellos (mi, yo, conmigo), están perdiendo: se han
> quedado fuera de sus propios sueños consumistas-capitalistas.
>
> *De 1984 a un "Mundo Feliz": la naturaleza de los indignados que dicen no
> ser antisistema*
>
> Escribía el otro día en un artículo sobre el 15-M y la lucha de clases, que
> me parecía orwelliano que fuese posible manifestarse contra el sistema, y
> creer que no se es un anticapitalista, o, más orwelliano aún, que fuese
> posible pedir la cabeza de políticos y banqueros, de boca de precarios,
> parados y explotados, pero sin que tal hecho sea, pueda ser, lucha de
> clases. Obviamente, sigo pensando lo mismo. Toda expresión de resistencia y
> lucha de las clases trabajadoras contra las injusticias generadas por el
> sistema capitalista, contra los privilegios de las clases oligárquicas, son
> una manifestación de la lucha de clases, aunque los presentes no tengan
> consciencia de ello, porque simplemente no sepan siquiera qué es eso de la
> lucha de clases.
>
> Sin embargo, como casi todo lo relacionado con el sistema totalitario de
> pensamiento único impuesto por las estructuras culturales y políticas
> consumistas-capitalistas, profundizando un poco en la naturaleza de este
> movimiento que se ha generado tras dicha fecha (15-M), me parece que tal
> hecho tiene mucho más que ver con algunos aspectos narrativos presentes en
> "Un mundo Feliz", de Aldous Huxley, que con lo escrito por Orwell en 1984,
> aunque ambas perspectivas son perfectamente complementarias para el caso que
> nos atiene: la posición de ese grupo de "indignados" que una misma vez que
> protestan contra el sistema, dicen no ser antisistemas; que, en todo caso,
> el sistema es antiellos (sic).
>
> En concreto, decía que me parecía orwelliana dicha situación, en la medida
> que me recordaba a la idea expresada en 1984 a través del concepto
> "Doblepensar", esto es, la capacidad de pensar como verdaderas, desafiando
> el princio de no cotradicción presente en toda lógica desde Platón y
> Aristóteles, una proposición y su contraria, y poner al fin cualquiera de
> ellas al servicio del pensamiento único cuando así sea requerido por el
> sistema. Rebelarse contra el sistema conscientemente y decir a una misma vez
> que no se es antisistema, me parecía una buena muestra de tal concepto. Me
> lo sigue pareciendo, de hecho.
>
> Doblepensar, según el magnífico libro de Orwell, significa en concreto el
> poder, la facultad de sostener dos opiniones contradictorias
> simultáneamente, dos creencias contrarias albergadas a la vez en la mente.
> El intelectual del Partido (que controla el poder en la sociedad descrita
> por el escritor inglés en su famosa novela) sabe en qué dirección han de ser
> alterados sus recuerdos; por tanto, sabe que está trucando la realidad; pero
> al mismo tiempo se satisface a sí mismo por medio del ejercicio del
> doblepensar en el sentido de que la realidad no queda violada. Este proceso
> ha de ser consciente, pues, si no, no se verificaría con la suficiente
> precisión, pero también tiene que ser inconsciente para que no deje un
> sentimiento de falsedad y, por tanto, de culpabilidad. El doblepensar está
> arraigado en el corazón mismo del Ingsoc (doctrina ideológica que se impone
> como única en la sociedad de 1984), ya que el acto esencial del Partido es
> el empleo del engaño consciente, conservando a la vez la firmeza de
> propósito que caracteriza a la auténtica honradez. Decir mentiras a la vez
> que se cree sinceramente en ellas, olvidar todo hecho que no convenga
> recordar, y luego, cuando vuelva a ser necesario, sacarlo del olvido sólo
> por el tiempo que convenga, negar la existencia de la realidad objetiva sin
> dejar ni por un momento de saber que existe esa realidad que se niega. Eso
> es el doblepensar.
>
> Así que protestar contra los bancos, el sistema financiero internacional o
> los políticos que sirven de testaferros al capital, y, a una vez, negar que
> se están manteniendo planteamientos antisistema, me parece un coherente
> ejercicio de doblepensar aplicado a la sociedad consumista-capitalista
> actual. Uno se puede rebelar contra partes del sistema, pero negándose a sí
> mismo que la condición de su protesta es antisistema se mantiene siempre
> dentro de los límites y los planteamientos del sistema. Doblepensar... al
> servicio del sistema.
>
> Ahora bien, si ciertamente, como he dicho, no reniego de esta reflexión, y
> la considero en buena medida válida, y perfectamente ajustada a parte de la
> realidad de los hechos que estamos viviendo estos días, considero igualmente
> que existe un personaje en la novela de Huxley ("Un Mundo Feliz"), que se
> ajusta todavía con más exactitud a estas actitudes de negar la condición
> antisistema de las protestas que estos días están siendo defendidas por
> muchos y muchas a través de las redes sociales, los foros de internet y las
> propias asambleas ciudadanas de los "indignados".
>
> Este personaje tiene por nombre Bernard Marx, en la novela pertenece a la
> casta Alfa-Más (una de las castas superiores), pero posee características
> diferentes a la del resto de las personas que pertenecen a ésta, debido a
> que, decían de él chistosos su compañeros/as de casta, cometieron un error
> en su proceso de envasado (gestación del nacimiento del individuo a medida
> de lo que exige de él la sociedad) y se puso alcohol en su ración de
> sucedáneo de la sangre. Por ello, Bernard era marginado por la sociedad, los
> de su casta se reían de él, y hasta los que no pertenecían a su casta le
> daban la espalda debido a sus características físicas diferentes. En
> consecuencia, durante buena parte de la novela Bernard Marx muestra
> constantemente su indignación y su cabreo con el sistema, no lo acepta y
> trata una y otra vez de rebelarse contra él en la medida de lo posible. Deja
> de obedecer el Fordismo (doctrina ideológica que se impone como única en
> esta otra novela), tiene una escandalosa vida sexual (por ser demasiado
> casto en relación a la promiscuidad propia del resto de los miembros de la
> sociedad) y se identifica en muchos momentos como enemigo de la sociedad al
> conspirar contra el orden y la estabilidad establecida.
>
> Sin embargo, a medida que avanza la novela, por una serie de hechos que van
> sucediendo y que llevan a Bernard Marx a alcanzar el éxito social que hasta
> entonces se le había negado, descubrimos que, en realidad, Bernard no es
> ningún antisistema, sino que únicamente "el sistema era anti él". En cuanto
> Bernard paladea el sabor del éxito social y pasa a ser uno más entre los de
> su casta, no sólo no reniega en absoluto de su condición como tal, sino que
> se muestra como el más fiel defensor de los valores propios del sistema que
> por tanto tiempo detestaba, o de alguna manera trataba de detestar, porque
> lo estaban excluyendo. En cambio, cuando el sistema pasó a brindarle sus
> favores, a Bernard se le olvidó toda crítica contra el sistema, es más,
> amaba el sistema como el que más, estaba tan determinado por los valores
> impuestos por el sistema, como todos aquellos a los que tanto había
> criticado desde perspectivas coyunturalmente antisistema cuando el excluído
> era él.
>
> Este personaje contrasta además con la existencia de otro personaje en la
> novela, Helmholtz Watson, que, pese a tener todo lo necesario para ser un
> triunfador dentro de los valores establecidos por el sistema, y de hecho lo
> era, se rebela conscientemente contra él, al entender que su capacidad de
> pensamiento crítico, su libertad como sujeto, y sus perspectivas de futuro
> estaban totalmente determinadas por el sistema, un sistema que además era
> injusto y generaba una desigualdades inaceptables. Con el desarollo de la
> novela, por su lado, descubrimos que Helmholtz Watson era un verdadero
> antisistema, consciente y orgulloso, a diferencia de su amigo Bernard Marx,
> al que en muchos momentos se había sentido unido por ser ambos críticos con
> el sistema, y estar en apariencia en una misma sintonía ideológica.
>
> Sin embargo, llegada la hora de la verdad, cuando ambos personajes son
> condenados a ser desterrados a la "isla", una especie de lugar de castigo
> donde se llevaban a las personas que desarollaban un pensamiento subjetivo
> no acorde a los valores propios del Fordismo (sistema único de pensamiento),
> Helmholtz Watson (Pienso luego estorbo), se siente feliz, pues allí podrá
> continuar con la elaboración de su propio pensamiento, allí podrá seguir
> pensando por sí mismo, y allí podrá, además, conocer otras personas que
> también están en esa misma dinámica antisistema que les permite tener y
> desarollar su propio pensamiento al margen de lo impuesto por el sistema
> totalitario dominante y hegemómico en la sociedad de "Un mundo feliz".
> Bernard Marx, por su parte, (Consumo luego existo), al enterarse de la
> noticia, dice que prefiere ser ejecutado antes de lo que envíen a esa isla
> al margen de la sociedad, antes de que, en definitiva, lo saquen del
> sistema, de un sistema que él simplemente había cuestionado de manera
> coyuntural por sentirse exluído y rechazado del mismo, en ningún caso por
> creer de veras que el sistema era injusto. He aquí la confrontación que da
> título a este artículo: "Pienso luego estobor vs consumo luego existo".
> Helmholtz Watson vs Bernard Marx.
>
> Mucho me temo que, al menos por ahora, entre los asistentes a este
> movimiento de los indignados, hay muchos más Bernard Marx, que Helmholtz
> Watson, es decir, muchos más que se manifiestan contra el sistema única y
> exclusivamente porque el sistema, de manera coyuntural, es antiellos, que
> porque realmente crean que el sistema es injusto y habría que cambiarlo
> hacia otro modelo de sociedad y otro sistema económico, más igualitaria, más
> justo.
>
> Muchos, que, a la hora de la verdad, preferían ser "ejecutados" antes que
> ver cambiado el sistema, muchos que tienen tan interiorizados los valores
> del sistema, que por más que se manifiesten contra aspectos concretos de él,
> a la hora de la verdad estarían en la barricada que defienda el sistema, si
> llegase el momento de una verdadera revolución que quisiese acabar de una
> vez y para siempre con el capitalismo.
>
> Puede que Bernad Marx y Helmholtz Watson convergan en un momento
> determinado en sus planteamientos y reivindicaciones, incluso en sus luchas,
> como ahora está convergiendo la Izquierda anticapitalista y revolucionaria
> de siempre con grupos de "nuevos indignados" que se rebelan contra su
> exclusión coyuntural del sistema. Pero que nadie se confunda, mientras el
> Bernard Marx de turno no cambie sus valores y sus perspectiva contra el
> sistema, mientras no asuma una consciencia clara de que el capitalismo es un
> sistema intrínsecamente desigual e injusto, que hay que derrocar para que la
> sociedad y el mundo puedan avanzar hacia otro modelo necesario de justicia
> social y fin de la explotación del hombre por el hombre, podrán convenger
> coyunturalmente, pero no están en el mismo bando. No lo están, aunque lo
> parezca.
>
> Al igual que el personaje de la novela de "Un mundo feliz", Bernard Marx,
> si esos que ahora están en las "barricadas" (acampadas, asambleas, etc.)
> junto a los anticapitalistas y antisistema de siempre, mañana ven que sus
> condiciones de vida mejoran, que sus sueños dentro del sistema vuelven a ser
> satsisfechos por el sistema, olvidarán las injusticias del sistema y todo lo
> demás, y volverán al rincón del que, en realidad, nunca se movieron, porque
> sus consciencias nunca cambiraron: el de la defensa del sistema, el de la
> alienación en los valores consumistas-capitalistas.
>
> Porque, además, si la mayoría social sigue siendo como Bernard Marx, el
> mantemiento del sistema está asegurado, y solo cuando la mayoría, a través
> de un proceso de reflexión y de toma de consciencia real de las injusticias
> del sistema, sea como Helmholtz Watson, el sistema estará en peligro. No es
> el caso de lo que estamos viviendo ahora, pero ni de lejos.
>
> *Condiciones subjetivas de la "revolución" de los Indignados*
>
> Decía Marx que las correcciones que se puedan introducir en el sistema
> capitalista no bastan para solucionar las crisis perpetua que éste provoca
> en las clases trabajadoras, y que lo que entra en crisis es el sistema
> mismo. Esta contradicción interna del sistema capitalista pone, según Marx,
> las condiciones  objetivas  para la destrucción del mismo. Por otra parte,
> esta situación de crisis hace que el conjunto de proletarios tome conciencia
> de la situación en que se encuentra, amergiendo con ello unas condiciones
> subjetivas que abren paso a los procesos revolucionarios. Cuando condiciones
> objetivas y condiciones subjetivas convergen en una misma sociedad, se dan,
> pues, los elementos necesarios para acabar con el sistema, que reduce a la
> mayoría de los hombres a un estado miserable, y los despoja de lo que los
> define como hombres, el producto de su trabajo. Se abre, en definitiva, el
> camino a la revolución, hacia un mundo más justo, hacia una sociedad sin
> clases, hacia el fin de la explotación del hombre por el hombre, hacia la
> justicia social.
>
> Obviamente, las condiciones objetivas en la actual situación del estado
> español, no solo están dadas, sino que se van acentuando cada día que pasa.
> 45% de paro juvenil, casi cinco millones de desempleados, reforma laboral,
> reforma de las pensiones, planes de ajuste, aumento de la pobreza,
> desahucios, en fin, todo un conglomerado de situaciones y datos
> socioeconómicos que ponen en jaque los derechos e intereses de las clases
> trabajadoras. Una condiciones, no se niega, que han hecho posible esta
> situación de manifestaciones, acampadas y asambleas que se están dando en
> estos días a lo largo y ancho de todo el estado español, y aun en otros
> puntos del Mundo, en apoyo a las mismas.
>
> Sin embargo, parece que las condiciones subjetivas que han desencadenado
> esta repentina explosión de indignación, no son precisamente las de una toma
> de consciencia para llevar a cabo un verdadero proceso revolucionario, me
> temo que si quiera proceso alguno de cambio estructural, todo lo más, si
> acaso, algunas reformas puntuales del sistema político y económico vigente.
> Como digo, no aprecio que haya una verdadera consciencia generalizada sobre
> la necesidad de cambiar un sistema que en intrínsecamente injusto. Aunque se
> griten y se lance proclamas contra el sistema, me temo que las condiciones
> subjetivas de estas movilizaciones están más centradas en el deseo de poder
> recuperar un espacio individual dentro del sistema, sin cuestionar si es
> justo o injusto el mismo, que en una verdadera consciencia sobre la
> necesidad de un cambio de paradigma político, social y económico que acabe
> con un sistema desigual por definición como es el capitalismo, da igual en
> su vertiente neoliberal o en cualquier otra versión, más o menos reformada.
>
> Las condiciones subjetivas de esta "revolución" de los indignados, al menos
> de partida, no son, por tanto, a mi parecer, las condiciones subjetivas que
> permiten un cambio revolucionario: la toma de consciencia de la clase
> trabajadora sobre su situación de explotación y miseria dentro del sistema
> capitalista, y el consecuente deseo por acabar con el sistema que produce
> dicha condiciones de explotación y miseria, no desde una perspectiva
> subjetiva (de los intereses de cada cual), sino desde una perspectiva de
> clase, desde un deseo por acabar con la explotación, de generalizar la
> justicia social, y de no permitir que nunca más allá personas que queden
> excluídas por el sistema reinante; aunque no seamos nosotros/as.
>
> Ojalá y todo este movimiento pudiese canalizar, en un día, un mes, un año,
> una década, da igual, en una situación verdaderamente revolucionaria, en un
> verdadero deseo de acabar con el sistema capitalista, en una verdadera toma
> de consciencia de que no es tolerable que se cometa una sola injusticia, que
> no es permisible un sistema que extiende la pobreza, la miseria, el hambre,
> la explotación, y el agotamiento de los recursos naturales, por el mundo
> entero.
>
> Ojalá, quienes hoy estén allí, en las plazas, gritando contra el sistema
> bancario, contra los políticos corruptos, y contra una democracia
> representativa que no otorga capacidad de empoderamiento a los
> ciudadanos/as, todos, sin excepción, entiendan que el único camino posible
> es la lucha frontal contra el sistema capitalista que genera tales
> situaciones, aunque nunca antes se lo hubiesen planteado desde esa
> perspectiva, y aunque el impulso primero que les ha llevado a estar en esas
> plazas no sea más que la frustración generada por la incapacidad de poder
> sastisfacer dentro del sistema los sueños y expectativas de vida que ellos
> mismos se habían marcado siguiendo las imposiciones alienantes del propio
> sistema consumista-capitalista.
>
> Ojalá, en definitiva, todo esto sirva, cuando menos, para que haya una toma
> generalizada de consciencia contra el sistema capitalista y sus injusticias,
> para que la gente entienda de una vez que el único camino posible para
> alcanzar una sociedad mejor es la lucha y la resistencia organizada contra
> el sistema. De momento, simplemente no veo eso, y que me perdonen quienes se
> están partiendo la cara en la organización de todo esto, antes los cuales,
> sinceramente, estoy muy agradecido.
>
> Lo que veo más bien es una minoría de gente que ya previamente estaba
> conscienciada de los injusto y desigual que es el sistema capitalista, y me
> temo que una mayoría de gente que están allí porque quieren recuperar los
> sueños del sistema que el propio sistema les ha robado.  No veo, en
> definitiva, condiciones para revolución alguna, ni, por supuesto, veo
> peligro ninguno para el sistema: "No somos antisistema, el sistema es
> antinosotros".
>
> Pese a lo cual, insisto sinceramente y de corazón, me alegro, y mucho, de
> todo lo que está sucediendo, y estoy siendo partícipe de ello en la medida
> de mis posibilidades, siempre que mis "responsabilidades" en Kaos me lo
> están permitiendo, y aún, por supuesto, dándole cobertura y seguimiento
> continuado desde Kaosenlared, que también es un frente de organización,
> difusión y lucha, de este, como de otros muchos movimientos.  Porque, dicho
> sea de paso, lo cortés, no quita lo valiente, y no sólo de revoluciones vive
> el revolucionario. La indignación generalizada contra las injusticias del
> sistema, aunque sean desde el egoismo, y no desde la consciencia social
> real, siempre son y serán bienvenidas. Pero, al menos yo, a mí mismo (mi,
> yo, conmigo), no me quiero llevar a engaño...
>
>
>
>
>
> El 9 de abril de 2011 13:31, Durán Vázquez Durán Vázquez <
> nomenekpos en gmail.com> escribió:
>
>> Toda reflexión que tenga que ver con la neolengua me parece
>> interesantísima.
>>
>> ¿Se acuerdan de aquel avión de Gadafi que hace unas semanas caía del cielo
>> en la portada de los periódicos?
>> En los informativos decían que según el gobierno libio (perdón... el
>> régimen libio) el avión era comandado por los rebeldes. Alguna periodista
>> incluso arqueaba la ceja simulando incredulidad.
>>
>> Pues bien:
>> http://voltairenet.org/article169346.html
>>
>> --
>> Durán Vázquez____________
>> http://cronicaelectronica.org/?p=duranvazquez
>>
>
>
>
> --
> Durán Vázquez____________
> http://cronicaelectronica.org/?p=duranvazquez
>
> _______________________________________________
> abrouxados mailing list
> abrouxados en xedh.org
> http://list.xedh.org/mailman/listinfo/xedh.org.abrouxados
>
>
------------ prxima parte ------------
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